miércoles, 9 de enero de 2008

Aurora Borealis

Y, de repente, dio comienzo el espectáculo.

"Banderas de colores fluorescentes cruzaron como un relámpago la oscuridad. El cielo se convirtió en un caleidoscopio de colores en el que formas amorfas y onduladas pugnaban unas contra otras por hacerse un hueco en el espacio. Amarillos, morados, azules eléctricos, verdes fantasmales, rosas pálidos, blancos purpúreos, rojos volcánicos,… la aurora boreal, uno de los fenómenos más maravillosos, inolvidables e imprevisibles de la naturaleza. Hasta su nombre es hermoso."


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Aurora Boreal sobre Groenlandia.

Fue el mismísimo Galileo Galilei quien las bautizó en 1619 como Aurora Borealis, tomando prestado el nombre de la diosa griega del amanecer, Aurora, y el de su hijo Bóreas, el viento del Norte, para definir un prodigio que asustó a nuestros antepasados y que fascinó a los primeros navegantes europeos que empezaron a surcar el Ártico allá por el siglo XVI.


Aurora-Borealis
Amanecer de una Aurora.

Hoy, descartados mitos y fuegos celestiales, los científicos tienen claro que las auroras boreales son producto de la caída de masa solar en forma de partículas sobre la Tierra. El campo magnético que nos rodea las dirige hacia los polos terrestres. Los protones y electrones de ese viento solar, que viajan a casi 1000 kilómetros por segundo y cubre la distancia Sol-Tierra en dos o tres días, chocan con los átomos de oxígeno y nitrógeno de la atmósfera. Un proceso análogo al que ocurre en los tubos de neón.

Magia y misterio

Ver una aurora es como asistir a una performance en la que cada actuación es única. Irrepetible. No hay dos auroras iguales, ni seguridad de que se producirá en un punto determinado. Es parte de su magia y de su misterio.


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Explosión de colores sobre los cielos de Finlandia.

Normalmente empiezan en forma de arco alargado, que se extiende de Este a Oeste. El espectáculo puede durar toda la noche o apenas unos minutos, en una orgía de formas y colores que no deja impasible a quien lo observa.

Pero las auroras no son patrimonio del planeta Tierra. Se producen, y con mayor frecuencia aún, en otros planetas. Son famosas las de Júpiter y Saturno, que tienen un campo magnético alrededor mucho más intensos que el de la Tierra y por tanto atraen en mayor cantidad ese polvo solar. La sonda Mars Express fotografió auroras incluso en Marte, un planeta que carece de campo magnético.


Aurora-Borealis-Saturno
Aurora Boreal sobre Jupiter observada por la Sonda Cassini.

Hoy los satélites ven y fotografían las auroras desde todos los ángulos y han desentrañado todos sus misterios. Incluso un grupo de científicos norteamericanos provocó sin querer la que fue la primera aurora artificial de la historia, a 100km de altura sobre Alaska, cuando probaban un polémico sistema de antenas dedicadas al estudio de la ionosfera, el sistema Haarp.


Aurora-Borealis-Tierra
Aurora Austral vista desde el espacio por el Satélite IMAGE.

En la antigüedad fueron objeto de temores y supersticiones. Durante todo el Medievo se las asoció con desastres, guerras y plagas. Para los vikingos eran mensajes de las doncellas muertas.

¿Dónde pueden observarse?

Los mejores balcones: las auroras boreales se producen en una zona ovalada que rodea los polos. En contra de lo que se cree, no por estar más cerca del Polo hay más probabilidades. Todo lo contrario. Los mejores sitios se localizan más al sur, casi en torno al círculo polar ártico. Éste pasa por Alaska, el norte de Canadá, el sur de Groenlandia, el norte de Escandinavia, Islandia, las islas Svalvard y el norte de Siberia. En esas zonas suele haber una media de 240 noches de aurora al año, mientras que en el sur de Escandinavia o en el norte de Escocia la cadencia baja de 1 a 3 noches al mes. El mejor momento para verlas es a finales de otoño (octubre) y principios de primavera (febrero y marzo).

Y en España: sobre el cielo de España también se producen, pero la probabilidad es ínfima: una vez cada 10 años en el norte y una cada 100 en el sur.

Un relato de Paco Nadal.

Extraído del suplemento [Tierra nº 8 de el País].

Nos lo ha enviado [T]. ¡Gracias!

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